El perdón radical

dos personas mayores mirándose sus frentes están unidas y sonríen. El perdón radical.

El perdón

el que se entiende en este mundo es un perdón que sitúa a una persona como víctima y a otra como culpable. Aunque no se vea tan burdo el asunto, así está siendo. Siempre hay un perjudicado o dañado y un otro que ha dañado o incluso esos dos son entre sí mismos auto percibidos ambos como perjudicados o como culpables así mismo.

Este clase de, “te perdono” nos deja en un bucle debilidad, ego, victimismo, culpa, miedo…la inconsciencia del programa mental que está operando bajo ese perdón socialmente establecido, nos lleva a mantener sociedades basadas en el control, en la vergüenza, en el miedo y la culpabilidad como estructuras que nos condicionan y manipulan.

Programa mental

Lo que opera en un individuo opera en la sociedad, “tal como es adentro es afuera”.

No estamos en un mundo donde se fomenta la autoconciencia y el conocimiento de la mente sino todo lo contrario. 

Este programa mental llamado ego, mantiene a la mente en una tensión continua donde las amenazas son constantes. ¿Cómo vivir sin ese programa? Es posible. Existe la posibilidad de aprender lo que es el perdón radical o perdón no dual. Este perdón nos lleva a comprender cómo funciona esa programación, el ego y requiere de un nivel de responsabilidad total. Mientras no se acepta que todo lo que sucede parte desde el propio sistema de pensamiento que uno mismo ha aceptado, no hay perdón radical o real. Por lo tanto no hay paz real. 

Ese sistema de pensamiento está basado en creencias, en arquetipos, en ideas que jamás fueron cuestionadas ni pasadas por otro filtro mental que no fuese el propio sistema.

El perdón no dual se llevaba a cabo gracias a posicionarnos en una forma de interpretar correcta, correcta en el sentido de que está alineada con el propósito de estar en paz y en el de liberarse de toda esta matrix mundial que hemos fabricado.  

El perdón radical tiene un gran trabajo de humildad, honestidad y de voluntad. 

Ya no tratas de ser más inocente que el otro a través de victimizarte / culpar al otro (por muy sutil que sea), ya no tratas de señalar para ser más bueno o más de otra cualquier cosa. Tu seguridad ya no radica en quitarle al otro el aprecio.  

Perdonar bajo la no dualidad es aceptar que nunca fue el cómo te cuentas aquello que sucedió. Aceptas tu proyección, la recoges. Miras tus intenciones ocultas en tal interpretación, miras tus carencias desde las que reaccionas, miras tus creencias desde las que intentas atacar o defenderte. Miras tu contenido mental ese con el que te crees merecedor de lo que está ocurriendo. Te haces responsable de todo ello. Ahora el perdón no es para un otro sino que se vuelve una aceptación, un abrazo con el que abrazas tu sombra y comienzas a trabajar en ti desde otro lugar. 

El perdón radical conlleva la voluntad de no ocultar nada de tu mente, se requiere por ello una dosis de buena voluntad y cierta confianza o fe en que no hay otro camino para ser verdaderamente feliz, entendiendo la felicidad como un estado mental de tranquilidad que llena y de aprecio.  

Un cambio de mentalidad es necesario para este tipo de perdón real. Visita el link para más información.

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